Conversaciones.

Hola, hermosas. De antemano muchas gracias como siempre por todo su apoyo. Hoy comenzaré por definir un poco mi relación con mi madre y lo que hablamos en esa conversación.

¿Saben? Nunca me gusta compararme con todas ustedes, porque hay algunas, preciosas que están mucho peor que yo. Es decir, no estoy siendo despectiva ni nada, solo me refiero a que definitivamente muchas de ustedes se las ven peor y a pesar de todo yo he tenido una buena vida. (Martina, nena, desde aquí te mando todo mi apoyo, espero que te recuperes pronto, te voy a extrañar.)

Y bueno, mi madre me atrevo a decir, es la mejor del mundo. Siempre a buscado la manera de comprenderme y ayudarme, de dejarme volar y a la vez de aconsejarme. Ella es la que me ha hecho lo que soy hoy en día como persona, mis valores y moral se la debo a ella, mis buenos sentimientos y respeto hacia los demás, también. Sobre mi papá, bueno, soy su única hija mujer, y vaya, he sido su karma, porque él definitivamente aunque me ama odia mi manera de ser, a pesar de que ya está resignado a  lo que soy. Claro, soy hija de padres separados, al no vivir con mi padre mi madre me dejó volar.

Ella es de las personas que va a caminar en la mañana y en la noche va al gym, se pesa todos los días y está muy pendiente de no subir de peso, aunque no hace dietas. Ella me decía cuando estaba como ballena, que por qué no me comía una arepa en vez de dos, que por qué le echa tanta mantequilla al pan y me incitaba a acompañarla al gimnasio. Claro, yo nunca fuí. Ella quería tener una hija hermosa y yo no me parecía en nada a eso, aunque nunca me lo reprochó. Todo cambió cuando me vine a Caracas a vivir sola y ya me tenía que ocupar de mi y mis comidas. Ahora estoy aquí, con más de 30 kg menos y deseosa por perder otros 13.

El viernes pasado compramos tres litros de sangría y mientras yo adornaba la casa de navidad ella me veía y sugería cosas. Cuando terminé, nos sentamos en el sofá a hablar. Le conté lo de Ed y el por qué había terminado con él, le dije que necesitaba sentir mi corazón latir rápidamente por esa persona que esté conmigo y ella me dijo que así debía ser, que ella había sentido eso por mi papá. Luego comentamos y chismeamos hasta que salió el tema peso. Le dije que yo no me sentía bien así y que al fin había entrado al gym porque lo necesitaba, que quería adelgazar más, porque quería sentirme flaca, no normal, sino FLACA. Le conté de mis ayunos y del que hice más prolongado alguna vez (un mes) se quedó loca, dijo 'Estabas demasiado anoréxica' y que como siempre yo llevando las cosas al extremo desde niña. Me conoce. Me dijo también que ella siempre había sabido que yo iba a ser grande que iba a llegar muy  lejos y que por eso nunca me cortó las alas ni me juzgó. 

Luego se fue a dormir y yo me fui a comer y vomitar, por supuesto. La bulimia siempre estará conmigo, cualquier cosa que pase por mi garganta de más de 600 u 800 cl será expulsada. Ahora estoy estable, casi no vomito pero a veces lo necesito, así que me meto un atracón y zaz.

En fin, tengo a la mejor madre del mundo. Y por eso digo que a pesar de todo he tenido una buena vida. Mi mayor logro ha sido adelgazar y entrar a la universidad que quería. Y vaya, de verdad niñas, deben siempre pensar en positivo y creer en lo que ustedes pueden hacer. No les pido que se amen, eso es un proceso que ni yo he logrado aún, pero si que crean en ustedes y tengan en cuenta que pueden lograr todo lo que se propongan. Y a todas aquellas que evidentemente se las ven mucho peor que yo, pues, les mando mil fuerza, y de verdad, crean en ustedes, eso es lo único que verdaderamente les ayudará a cumplir todo aquello que deseen.

Las quiero nenas, y si han llegado hasta aquí, mil gracias. Lamento lo largo de la entrada. Ahora voy a dormir que debo despertar temprano para hacer una pendeja tarea para la uni.

Gracias.